“Quienes modelaron la cerámica de las ‘Ofrendas’ fueron hombres que, si bien respetaron los cánones religiosos impuestos por los sacerdotes y la tradición, lograron plasmar su mensaje de artistas, que es el reflejo de un marco de suprema creatividad” -Guillermo Lumbreas.
Entre el año 800 y el 200 a.C se forma Chavín, es un lugar complejo, donde se encuentra el centro ceremonial que tiene como núcleo una serie de edificios de aspecto firme, considerados templos debido por la función religiosa. Los templos constituían el centro de la función ceremonial, con una serie de servicios anexos como plataformas, plazas y terrazas, conectadas a distinto nivel específicamente construido.
Chavín se encuentra ubicado en el inicio de un estrecho callejón, formado por el río Mosna, está en el centro de los Andes, a 3180 ms. sobre el nivel del mar, paralelo al Callejón de Huaylas. Lo separan del mar dos cadenas montañosas -las cordilleras Blanca y Negra- y dos otras cadenas lo separan de la selva amazónica: la central que se levanta entre las cuencas del Marañón y el Huallaga y la oriental, que establece la separación de aguas entre el Huallaga y el Ucayali.
La religión de Chavín se vio influenciada por la creencia de animales sagrados como lo fue el jaguar, el cóndor, la serpiente, el águila, el halcón, caimanes, etc. Cada uno de ellos con un don especial querido por los pobladores de Chavín, es por ellos que se ven reflejados muchos de los rasgos de estos animales mezclados con rasgos de personas, para así crear seres sobrenaturales, que se ven figurados en las diferentes esculturas, cerámica y arquitectura de la época.
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